Café, copa y puro. Sí, pero el puro ya no cabe en los restaurantes. No en aquellos que no tengan terrazas. Es uno de los daños colaterales que ha causado la prohibición de fumar en numerosos establecimientos. Una tradición tan propia como el conversar. Un ritual para rematar las comidas entre amigos o de negocios.
Una costumbre que debe transformarse y adaptarse a la normativa vigente. Hecho que sigue produciendo molestias a los clientes habituales y algunos problemas para los hosteleros.
lasprovincias.es visita uno de esos restaurantes que incitan a cumplir con el dicho.Y ahí está el resultado. Críticas al Gobierno, y a la oposición, y cambios de ubicación para saborear un Habano al ritmo de gin tonics.
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